domingo, 31 de agosto de 2008

Pueblos vacíos, lluvia y fuertes vientos al llegar el huracán "Gustav" a Cuba

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Pueblos vacíos, lluvia y fuertes vientos al llegar el huracán "Gustav" a Cuba


Pinar del Río (Cuba), 30 ago (EFE).- Pueblos vacíos tras la evacuación de sus habitantes, fuertes ráfagas de viento y una lluvia constante anunciaron la llegada del huracán "Gustav" a la provincia de Pinar del Río, en el extremo oeste de Cuba, donde el ciclón tocó tierra y atraviesa la isla.

Al mediodía del sábado, por las carreteras de Pinar del Río, conocida por ser la tierra del tabaco cubano, había aún tráfico de camiones, bicicletas y carretones, y personas que realizaban los últimos ajustes para proteger sus casas.

Pero en horas de la tarde el tiempo se deterioró dramáticamente, las ráfagas de viento comenzaron a arreciar y las calles de la ciudad se quedaron completamente vacías.

El "Gustav" atraviesa Cuba este sábado de sur a norte, con vientos de 230 kilómetros por hora y categoría 4 en la escala de intensidad Saffir-Simpson de 5, informó el director de pronósticos del Instituto de Meteorología cubano, José Rubiera.

Algunos pobladores de zonas rurales envolvieron sus casas con lienzos de plástico y mosquiteros de protección del tabaco para evitar la pérdida de las tejas y vigas de sus techos, mientras que otros ponían a salvo sus animales o esperaban el paso del huracán en familia.

A las 14.00 locales (18.00 GMT) el pueblo costero de la Coloma, a unos 22 kilómetros de la capital provincial de Pinar del Río, ya estaba completamente vacío y solo permanecía un grupo de policías.

La evacuación en la Coloma, en donde, según autoridades locales, el mar debe penetrar de cinco a seis kilómetros tierra adentro, comenzó en horas de la madrugada del sábado y alrededor de 7.000 personas dejaron sus casas tapiadas con palos y tablones antes de trasladarse a los centros de evacuación, la mayoría en colegios preuniversitarios de la zona.

A la salida del pueblo, la familia Quian, que trabaja en un secadero de arroz, era una de las pocas que aún quedaban en el área, protegiendo su techo con vigas y "cocinando puerco" para llevar "municiones" a la casa "más segura" de un vecino.

Ana Margarita Quian, de 36 años, dijo a Efe que todo estaba "asegurado" en los alrededores y solo les quedaba "jugar dominó, conversar y esperar el paso de lo peor", mientras terminaba de cocinar en un enorme caldero.

En el centro de evacuación ubicado en el preuniversitario "Antonio Guiteras" de Pinar del Río, donde hay más de 350 personas, Robert Cruz, de 73 años, dijo que después de vivir toda su vida en la Coloma, ya no le teme "ni a ciclones, ni a la muerte, ni a nada".

"Me puse un poco nervioso porque este es el hospital de evacuación y solo pude venir con uno de mis hijos, pero ya he pasado por muchas cosas y la Coloma sigue en pie", explicó Cruz.

La orden de abandonar ese pueblo fue dada por las autoridades locales a la medianoche del sábado, y a partir de ese momento todos los vecinos comenzaron a cerrar sus casas, ayudarse mutuamente y poner en alto sus pertenencias, según relató a Efe Midalys Hernandez, de 21 años.

A la entrada del centro de evacuación Guiteras, en el salón comedor, los directivos de la escuela han puesto música para los más jóvenes, mientras que los televisores se mantienen encendidos.

Decenas de personas escuchan de pie los partes meteorológicos y otros anuncian que están repartiendo la merienda de la tarde.

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